Bajo el techo, el número uno del mundo empezó el partido bastante frío, como el clima en Wimbledon. La primera manga se desarrolló sin apenas ocasiones de break, ninguna fue fructífera. En el tiebreak, el kazajo se impuso por 7 puntos a cuatro. Ahí se acabó Kukushkin, ahí terminó también el letargo del campeón.
Nadal reaccionó a tiempo. Mostró su mejor tenis de toda la semana justo cuando se puso por debajo en el marcador. Remontó por tercer partido consecutivo, como ante Klizan y como ante Rosol. Reaccionó, mostró su mejor tenis y remontó, un tridente perfecto, tan perfecto como los tres sets posteriores al tiebreak (67 61 61 61).
El de Manacor encara la segunda semana con las mejores expectativas de estos días. Vuelve a ser el rival temible. La adaptación al césped ha costado, pero parece imparable. En los octavos de final, que jugará el martes, se enfrentará al australiano de 19 años, Nick Kyrgios, quien también remontó a Vesely 36 63 75 62. Debe ser una presa asequible para que el bicampeón en Londres se clasifique para los cuartos de final. Por si sirve de aliciente, siempre que Nadal superó la tercera ronda en Wimbledon, alcanzó la final.