Con sobrehumanos
como Rafa Nadal, muchas veces se acaban los calificativos y los
titulares para definir las hazañas que consigue torneo tras torneo.
La cascada de datos positivos o récords superados es tan brutal que
muchas veces llega a parecer repetitiva. Ayer, con la conquista del
US Open, su 13º título de Grand Slam, su segundo trofeo en la
ciudad neoyorquina, el 60º torneo vencido en su carrera, Nadal lo
volvió a provocar.
El
tenista español llegaba a Flushing Meadows con el aliciente de haber
conquistado los Masters 1000 de Cincinnati y Canadá, sin haber
cedido un partido sobre superficie dura en todo 2013, y como
principal favorito del torneo. Nadal cumplió las expectativas y venció a
Novak Djokovic, quien, por ahora, y por un simple capricho
matemático, seguirá siendo número uno del mundo unas semanas más,
por delante -a solo 120 puntos de distancia- del tenista mallorquín.
Nadal comenzó exultante en la gran
final. Tras unos juegos iniciales igualados, consiguió sacar al
serbio del primer set a base de potentes derechazos (6-2). Nole no se
dejó ir y se rehizo rápidamente en el inicio de la segunda manga.
Mantuvo las distancias y se anotó el parcial por 6-3.
Tropiezo y victoria
El tercer set fue el punto de inflexión
definitivo. Djokovic consiguió meter el miedo en el cuerpo a los
aficionados españoles con un break de inicio y posibilidad para
colocarse con 0-3. Los mejores momentos del tenista balcánico
coincidieron con un pequeño bajón del balear, que a base de
trabajo, sufrimiento, esfuerzo y constancia consiguió devolver la
igualdad en el marcador.
Con 4-4 en el electrónico y 0-15 para
Novak, Nadal tropezó él solo en el fondo de la pista y cayó al
suelo en una bola que tenía franca para ganar el punto. Fueron
milisegundos, pero hasta el último momento de la caída y a pesar de
la pérdida del equilibrio, Rafa trató de golpear la bola. No fue
posible y el 0-30 subió al marcador. El traspié dio paso a un 0-40
y, cuando ya se avecinaba el desastre, fue entonces cuando surgió la
reacción del español.
Como los grandes campeones, los que
forjan los mitos, los que escriben la historia, Nadal se repuso
rápidamente, no cedió su juego y rompió el de Djokovic para
anotarse el tercer set. El cuarto y último fue un paseo para el
español. Sirvió para dejar destellos de calidad por parte de ambos
tenistas, pero fue Nadal el que se lo anotó con facilidad y, con él,
su segundo trofeo en el último grande del año.
El objetivo del número 1
Si todo transcurre con normalidad y
tras dos años con Djokovic en el número uno del mundo, Nadal
volverá en las próximas semanas al trono del tenis y acabará allí
el año. Con los 10 títulos de este año -2 Grand Slams y 5 Masters
1000-, el español ya es líder en la Race (la clasificación anual)
a más de 3.000 puntos de distancia del serbio. Será una guinda más
en el pastel, en una tarta sabrosa que se endulza cada vez más, cada
semana, cada torneo que pasa y que Nadal gana.
El debate ahora, cuando Nadal se coloca
a solo 4 grandes de Federer, se centra en valorar si logrará
alcanzarlo o superarlo. ¿Por qué no soñar cuando el español
ofrece todos los ingredientes?
Vencedores de torneos del Grand Slam
- Federer (17)
- Sampras (14)
- Nadal (13)
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