25 de marzo de 2013

¿Qué fue de aquel Verdasco?

Mientras veía una nueva derrota a las primeras de cambio de Fernando Verdasco esta temporada (y ya van 4, excepto en el Open de Australia donde alcanzó la tercera ronda y cayó ante Kevin Anderson) me preguntaba -y pregunté en twitter- qué fue de aquel Verdasco de 2009, el que llegó a ser número 7 del mundo, el que llevó al límite a Nadal en las semifinales del Open de Australia, ese torneo inolvidable que acabó con las lágrimas de Federer viendo como el manacorí se alzaba con el título. 

Aquel era un Verdasco que ilusionaba, que parecía capaz de desplegar todo su tenis en cada partido, con un físico imponente, que dominaba los golpes y, sobre todo, lo más importante en el tenis, controlaba su cabeza. Resonó mucho por aquel entonces esa conversación que tuvo con Agassi durante unas dos horas en Las Vegas, en las que le instruyó sobre lo que debía y no debía hacer, de la que el madrileño sacó todo el jugo para conseguir lo que le faltaba para ser un grandísimo jugador, lo que no les falla nunca a tenistas como Nadal, Federer o Djokovic: mentalidad ganadora. 

Además, pocos meses antes, fue muy importante para Fer aquel punto decisivo en la final de la Davis en Mar del Plata, donde los aficionados le gritaban aquello de "Verdasco tiene miedo" en su partido contra el chucho Acasuso. Levantó el partido en 5 sets y alzó junto a sus compañeros la tercera ensaladera para España. 

Pero el dominio y el buen tenis de Verdasco se esfumaron. Desde que venciera en el Godó de 2010, el zurdo no ha vuelto a levantar un trofeo individual. El pasado año solo alcanzó la final de Acapulco, y también se puede destacar la victoria sobre Nadal en tercera ronda Madrid -aunque sería muy discutible si fue mérito de uno o demérito del rival- para luego caer con estrépito en los cuartos de final ante Tomas Berdych. 


El caso es que, al mismo tiempo que se destruía la fama de Agassi tras su confesión de dopaje, también iban hundiéndose, como un castillo de naipes, las esperanzas puestas en Fernando Verdasco como un tenista que pudiera estar a la estela de los mejores, en el top10, el lugar que por tenis se merece. 

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Me respondió un follower en twitter, decepcionado por su actitud, que Verdasco se preocupaba más "de mirarse al espejo que de trabajar para luego rendir en la pista". No sé si será el caso, pero lo cierto es que al poner en Google el nombre de Verdasco para conseguir información para escribir el post, gran parte de las primeras noticias que me han aparecido nada tenían que ver con el ámbito deportivo. 

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